Junior Individual
L. Roberts, aged 13
Year 9, Waldegrave School
El amor adolescente
A un paso del avión, Corfú ya es aún mejor de lo que Maru pensó que sería.
Los árboles son tan verdes que duele, y el agua es aún más azul que las brillantes olas de la Costa Blanca. La sonrisa de su madre es cegadora, y apenas puede averiguar dónde los ojos de su padre están arrugados de felicidad debajo de sus gafas del sol. Ya se siente como si fueran sus vacaciones favoritas.
“Vale, rápido, rápido, tenemos que registrarnos para nuestro taxi pronto'', insta su madre, arrastrandolos al autobús. Maru se pone sus gafas del sol y toma un profundo soplo de aire griego fresco para prepararse para el aire sofocante del autobús.
Pasa en un borroso, y lo siguiente que Maru sabe es que está cayendo sobre una cama de villa, mirando fijamente el techo soso. Nissaki es hermosa fuera de su ventana, todas las colinas dramáticas y playas de guijarros. Es increíble. Es impresionante. Ella está llena de emoción por la idea de explorar, de ver los olivos de cerco y montar las olas aguamarinas.
Por ahora, sin embargo, Maru está lista para dormir.
*
Al día siguiente, la primera cosa a hacer es ir de compras.
Hay una tienda pequeña en la calle, llamada Aphrodite's, y sus padres le dan una lista y una tarjeta y le dicen que compre los comestibles mientras ellos se desempacan. Maru está un poquito nerviosa al principio, porque no habla griego, y su italiano es mucho mejor que su inglés. Ella respira hondo y decide hablar los menos posible. Encuentra los comestibles, paga y sale de allí.
Desafortunadamente para ella, ha estado allí durante diez minutos y todavía no puede averiguar dónde está el ajo.
“Uh- Hello?” ella llama en inglés a una trabajadora cercano, el corazón latiendo nerviosamente. La trabajadora mira hacia arriba y sonríe. El corazón de Maru late más rápido: la trabajadora es alta, bronceada y bonita, con ojos marrones cálidos y rizos oscuros. Se olvida de cómo hablar por un momento.
La trabajadora agita su mano con una sonrisa dulce y preocupada, y dice algo en inglés que Maru no entiende. Ella espera que significa, ‘¿cómo puedo ayudar?’, y así que ella sonríe hacia atrás y pregunta, “Um. Garlic? Is-- is where?” Por favor, deja que ‘garlic’ sea la palabra correcta, ella piensa.
La trabajadora asiente y la lleva al pasillo de al lado, ajeno a Maru internamente en pánico por lo bonita que es mientras le entrega el ajo. Maru tímidamente le da las gracias y se pone el ajo en la canasta, ruborizando de un rojo brillante. Antes de que pueda irse, la trabajadora se señala a sí misma con entusiasmo y dice: "¡Ione!" Sus ojos marrones están llenos de emoción mientras escanea los comestibles de Maru.
Maru sonríe. "Uh-- ¡Maru!"
Está tan distraída caminando a casa que casi se cae de la carretera.
*
Ella no ve a Ione el día después de eso, pero Maru piensa en ella de todos modos. Es estúpido. Es molesto. La hace sentir algo que no entiende del todo. Sus padres le dicen que parece distraída cuando no están escalando, o nadando, o comiendo souvlakis. Les dice que sola está feliz de estar en Corfú.
En los próximos días, sin embargo, ve a Ione cuando va a Aphrodite's para obtener comida, y tropeza con ella en la playa. Ione la invita a ir a nadar. Maru está nerviosa, pero se relaja casi instantáneamente, a pesar de la barrera del idioma. Ione apunta a un pez y dice “¡Psária!”, y Maru se ríe y responde, “¡Pez!” Es bueno. Ella es feliz.
Sus vacaciones son aún mejores de lo que ella esperaba. Rosita, su madre, le dice que ella sonríe mucho más de lo que hace en casa, y es encantadora. Diego, su padre, pregunta si eso tiene algo que ver con la chica de la tienda de comestibles con la que sigue pasando el rato. Maru se vuelve rojo brillante; sus padres lo toman como un sí.
Pero las vacaciones no pueden durar para siempre, y después de unas semanas maravillosas de viajar por Corfú, se encuentra a sí misma un día lejos de su vuelo a casa, sentada debajo de la sombra de un olivo con Ione. “He disfrutado esto”, Maru murmura, sabiendo que Ione no lo entenderá, tratando de no sonrojarse. “Realmente he disfrutado esto.”
“Me gustas, Maru. Mucho.”
Su aliento atrapa. ¿Cómo sabe decir eso? Se han estado enseñando unos a otros pequeños trozos de sus idiomas. Maru puede hablar de su día en griego ahora, puede pedir comida para su familia, conoce algunos verbos básicos, y sabe que Ione puede hacer lo mismo en español. Pero no ha enseñado a Ione eso.
Ione solo sonríe a su sorpresa, tímidamente sacando su teléfono y mostrando a Maru el icono rojo de una aplicación traductora. La traducción dice: ‘quería informarte antes de que te fueras.’
El corazón de Maru está tan lleno de emoción que quiere llorar. Ella toma el teléfono de Ione dulcemente, cambiando los idiomas para que se traduzca del español al griego en su lugar. Sonriendo ampliamente, ella escribe: ‘me gustas más de lo que planeé. más que a nadie.’ Ella ve aparecer la traducción griega. Luego, con el corazón latiendo como loco, ella escribe su número de teléfono. ‘llámame.’
Ella aborda el avión al día siguiente con una sonrisa.